Daniel Lopez

Venir a este santuario tan famoso a bautizar a los peques es toda una experiencia. Mucha gente, es necesario esperar formado bajo el sol candente y sólo pueden pasar los padres y los padrinos. No desesperes y con paciencia lograrás tu cometido. Hay ceremonias privadas y comunitarias. Solo tenga cuidado con los estafadores, todo el personal del santuario es de fácil identificación y están muy dispuestos a ayudar y orientar. Cuenta con estacionamiento en el sótano a buen precio, hay estaciones cercanas del metro, metrobús y taxis servicio de WC, rampas para sillas de ruedas. En general, una lugar imperdible de la Ciudad de México.