Jon Gesalaga

En el centro de Dorneda sucede algo de una gravedad de primer nivel. Se están socavando derechos fundamentales de las personas. Me refiero al derecho a la intimidad, y al derecho al trato igualitario. Como hombre, tengo que soportar que una mujer entre al vestuario masculino a limpiar. Esto al contrario jamás sucedería, sin discusión alguna, por vulnerar derechos. Al tratarse de hombres, la cosa es diferente. Esto es discriminación por género. Además hay que soportar que pongan pancartas sobre IGUALDAD con toda la hipocresía del mundo. Vulneran derechos y además se ríen.
Hablamos de neofascismo, supuestamente encubierto, disfrazado de progresismo muy superficialmente , aunque evidente para quien quiera verlo si tiene medio dedo de frente.
BASTA DE FASCISMO