Nico BG

Es un teatro pequeño, tiene una sola sala arriba de una cafetería. Nosotros ayer fuimos a ver "El beso de la mujer araña", los actores lo dieron todo. Espectacular, altamente recomendable.

Lo único que a mejorar, del teatro en sí, es que el sonido tenía algunas fallas, en el fondo de la sala. Donde estábamos nosotros, no se escuchaba del todo bien.

Me encantó conocer la Quinta que perteneció a la familia Vaz Ferreira, y sobre todo al académico y filósofo Carlos Vaz Ferreira.

La casa está abrazada literalmente por la naturaleza, sentís agusto lo que la guía del museo te informa, y es que C. Vaz Ferreira quería que la naturaleza tomara el protagonismo.

De lo que es la casa solo se puede visitar lo que es la planta baja y el hermoso jardín. Hay muchos carteles informando al visitante quien fue la familia y se menciona también a M. Eugenia, la poetisa, que la guía nos explicó que ella no habitó la casa en vida. Pero una habitación en la primera planta, evoca a modo de homenaje a la poetisa, y hermana del dueño de casa.

Muy lindo lugar para visitar y disfrutar.

Hoy por cosas de la vida almorzamos aquí.
Me pareció pobre los platos, no tenía mucha cantidad la ensalada con salmón. El burrito vegtariano estaba bien, pero la guarnición fue una hoja de lechuga y dos tomaste cherri partidos. Los postres, suerte con que no te toque uno que tenga ya bastante tiempo en exposición. Esperaba más, por estar en donde está. Puede mejorar, sí.

Hoy fuimos almorzar a Murano, me pareció un lugar con un clima familiar. La mesera quien es que te recibe enseguida que traspasas la puerta, me pareció simpática y servicial. Te pregunta constantemente si estás a gusto, o comenta algo al pasar. Eso es lo que provoca que uno se sienta en un lugar cálido y familiar, como describía más arriba.

Pedimos para almorzar merluza a la gallega y pasata rellena de cordero. Para de postre crema catalana y un tiramisú.
Para tomar una copa de vino blanco y una de tinto, lo que me llamó la atención es que tiene la publicidad de la bodega Irurtia, pero no contaban con botellas de dicha bodega, sino de otras.

Muy rico la parte del almuerzo, no así los postres. El tiramisú estaba un poco helado, y la crema no estaba tan espesa como uno esperaría. Pero bien, ricos los postres.
El local está decorado de forma ecléctica, y es una casona con años. El baño sobre todo muestra su paso del tiempo, y que necesitará un poco de amor.

En resumen, bien, rico, amigable con el comensal. Se come rico, y es un lugar para tener una comida tranquila y familiar. Recomendado.